La Grecia Moderna tiene su origen en la civilización de la antigua Grecia, considerada la cuna de la civilización occidental. De hecho para Occidente es el lugar de nacimiento de la democracia, la filosofía occidental, los Juegos Olímpicos, la literatura occidental y el estudio de la historia, la política y los más importantes principios de las matemáticas y de la ciencia. Su legado está reflejado en los 17 emplazamientos considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En la actualidad Grecia es un estado desarrollado con un Índice de Desarrollo Humano muy alto. Grecia además es miembro de la Unión Europea desde 1981 y de la Unión Monetaria y Económica desde 2001, de la OTAN desde 1952 y de la Agencia Espacial Europea desde 2005. Es también socio fundador de las Naciones Unidas, la OCDE y la Organización de Cooperación del Mar Negro. Además de Atenas, que es su capital, su ciudades más importantes son Tesalónica, Piraeus, Patras, Heraklion y Larissa.
Situado en el lado sur de la Península Balcánica, limita con Bulgaria, la República de Macedonia y Albania al norte, al este con Turquía y al oeste y sur con el Jónico y el Mediterráneo.
Las costas del mar Egeo vieron el surgimiento de las primeras civilizaciones europeas, la civilización Cretense o Minoica (en recuerdo del legendario rey Minos) y la Micénica. Después de su desaparición, volvió a resurgir otra alrededor del 700 a. C. la última fue conquistada por Roma en 168 a. C., aunque la superioridad de la cultura griega modificó profundamente la romana. De hecho, en la parte oriental del imperio la cultura y la lengua griega siguieron siendo más influyentes.
El Imperio Griego Medieval se constituye como uno de los imperios más grandes de la historia de Europa; abarca desde el Mar Adriático y el Sur de Italia hasta Oriente Medio; Constantinopla se erige como la Segunda Roma y como el centro de la civilización heredera de las antiguas Grecia y Roma. El Imperio Griego de Bizancio también es uno de los imperios más longevos de la Historia: dura más de 1.000 años, desde el siglo V hasta el siglo XV.
Siguió a la caída de Constantinopla, la capital del Imperio, la entrada de los otomanos en Grecia, al igual en el resto de la Península Balcánica. Los griegos vivieron durante 350 años bajo el yugo turco, del que se liberaron en 1821 gracias a la Guerra de independencia de Grecia. Una vez Grecia recuperó su independencia en la mayor parte de su territorio, se constituyó el moderno Estado griego, siendo el noble Ioannis Kapodistrias el primer ministro de la Grecia moderna. A finales del siglo XIX los griegos continuaron batallando contra los turcos para continuar liberando territorios hasta entonces sometidos, como Tesalia o el Epiro. Durante las Guerras Balcánicas, Grecia logró también liberar Macedonia y Tracia. En 1922 la invasión griega de Asia Menor, sin embargo, acabó en derrota y en la expulsión de 1.500.000 griegos, acabando así 4.000 años de ininterrumpida presencia griega al Este del Mar Egeo.
Durante la década de los años 30, Grecia se vio arrastrada al fascismo de la mano del dictador Ioannis Metaxas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Grecia fue ocupada por la Alemania nazi bajo un régimen colaboracionista. Siguió a la ocupación nazi la Guerra Civil Griega, que concluyó en 1949. En 1952, Grecia ingresó en la OTAN, y en 1981, en la Unión Europea. Hoy Grecia es una república parlamentaria democrática bien asentada que ha mantenido durante tiempos recientes un considerable desarrollo económico.
En 2010 Grecia fue protagonista de una crisis de confianza que contagió a toda la Unión Europea. Todo comenzó cuando en 2009 Bruselas advierte a Grecia que los datos sobre sus cuentas no son muy claros y de mucha confianza, dos semanas después del 4 de octubre, día en que el PASOK ganase las elecciones, se revela que los datos oficiales conocidos hasta entonces sobre el nivel de deuda de Grecia estaban falseados y que el deficit publico ronda el 12%, cifra que posteriormente sería corregida al alza al 13,6%.Ante estas infomaciones la desconfianza de los inversores provoca la imposibilidad de sacar a la venta nuevos bonos a intereses razonables, para cubrir los que ya estaban venciendo, y el gobierno griego se ve obligado a recurrir a la ayuda de la Unión Europea para evitar la quiebra, la cual decide involucrar también al FMI. Fruto de los acuerdos se decide proteger a Grecia de los altos intereses que le exige el mercado, pero a cambio se le exige unas duras condiciones de austeridad que de cumplirsen ahorrarían 30000 millones de euros en tres años. Mientras que desde Grecia se asegura que van a ser capaces de evitar la suspensión de pagos, algunos economistas, periodistas y políticos siembran dudas sobre la capacidad del gobierno para aplicar el plan de austeridad y evitar la quiebra.
La crisis de confianza se extendió sobre varios países europeos, los cuales sin estar en las mismas condiciones económicas y sin haber sembrado ninguna sospecha sobre falseamiento de datos económicos, pero anteriormente castigados por la crisis del 2008-2009, vieron como aumentaban los intereses que los inversores exigían para comprar su deuda, y se vieron obligados a acometer reformas fiscales encaminadas a reducir su déficit aun a costa del peligro que esas medidas pudiesen tener para el crecimiento económico y a riesgo de una recaída en la recesión.